Médico, escritor, artista plástico: pintor, dibujante, grabador, escultor, y cartelista en exposiciones individuales y colectivas.
Dibujante oficial de la Cátedra de Anatomía de la Facultad de Medicina en Valladolid.
Cofundador del Colectivo de artistas plásticos «Antzezaleak» de Getxo (Bizkaia).
Socio, dantzari y mendigoizale en el patronato “Itxas Gane” (Algorta. Bizkaia).
Miembro de la Asociación de Escultores Eskuahaldunak.
Ilustrador de libros de Medicina.
Autor de trabajos históricos de contenido médico.
Escritos históricos en relatos, cuentos y artículos.
Nazco en Algorta (Bizkaia) en 1949, haciendo de séptimo hijo de una familia de 9 hermanos/as.
Mi educación infantil fue entre monjitas de la Caridad y el principio del bachiller en el famoso centro “Bidegorri” (camino rojo). Centro donde las educadoras, profesoras carentes de inteligencia emocional, nos sometieron durante años a palizas, castigos, insultos y vejaciones.
Los años comprendidos entre 1963 y 1968 fueron decisivos en mi formación. Pertenecí a “Itxas Gane”; Grupo Alpino Excursionista del Patronato Aldai (GAE del PA) y Organización Artístico Recreativa (OAR). “Itxas Gane” fue el centro de la expresión artística y deportiva de todo el municipio. En ella voluntarios, principalmente de Getxo, promovieron la cultura Vasca a través de actividades muy dinámicas relacionadas con el scoutismo, el montañismo, la danza, el Euskera, la música y el deporte en general. De este grupo salieron desde importantes bertsolaris y txistularis, hasta afamados dantzaris, futbolistas y montañeros.
Participé en el scoutismo con 13 años y fue la primera experiencia de vivir al aire libre en campamentos por la geografía vasca. Así tomé contacto con el montañismo, que sería la afición por excelencia para toda la vida. El montañismo me enseñó mucho de nuestra tierra, el compañerismo, la disciplina del esfuerzo y amar la naturaleza. Tuve oportunidad de seguir a montañeros consagrados que, a la vez que me guiaban por los caminos del monte, también lo hicieron por los caminos de la vida.
A los 15 años, los que éramos ya una cuadrilla de jóvenes con base en la plaza de Algorta, entramos a formar parte del grupo de espatadantza de “Itxas Gane”, con el que participamos en fiestas de localidades y alardes por toda Bizkaia.
Estoy convencido de que me estrené en las artes plásticas en cuanto me hice con la insustituible pizarrita con marco de madera, a la que por una cuerdita se ataba un trapito para borrar la huella del pizarrín. El pizarrín me pareció un prodigio de herramienta, como hoy me parece un buen lapicero.
Mi aita Anton y mi hermana Marisol fueron los primeros pintores que conocí y probablemente así nació el sentimiento de que dibujar y pintar era una actividad de lo más natural. Aita con sus pinturas en todos los bolsillos y coleccionando apuntes al natural. Genial con el color y la sensibilidad para dar alma a motivos que podían parecer insignificantes. Mi hermana, buena dibujante y académica con el color. El estímulo a través de pinturillas “Alpino» y la caja de acuarelas que a los 13 años me regaló la tía Miren, de regreso de Inglaterra. Fue el estreno de la magia del color.
Fue en el hogar a través de los estímulos donde se despertó la vocación por el dibujo y la pintura. Aita con la práctica y Ama, costurera de altura, con sus creaciones llenas de talento artístico. Me considero autodidacta gracias al ejemplo permanente de mi padre.
En mi naturaleza artística seguro que intervino también el mundo de los cuerpos, fantasías y ensoñaciones infantiles al aire libre. Esto se propiciaba especialmente en un pueblo como Algorta, con abundantes playas, espacios verdes bucólicos, aldea y puerto de pescadores, donde sus pobladores se conocían.
En el paso a Colegios de Bachiller encuentro asignaturas de dibujo y profesores que me alientan sobre mi habilidad. Siendo adolescente diseño carteles anunciadores (como los de las fiestas del Puerto Viejo de Algorta) y propaganda, incluida la subversiva. Me convierto en un asiduo visitante de museos y exposiciones, aprendiendo sobre la pintura y la historia del arte. Comienzo mis primeros cuadros pintados al aire libre de las playas y costa de Getxo.
Diecisiete años en Algorta y la necesidad de volar. Una vocación: LA MEDICINA, y un hambre irrefrenable de vivir por uno mismo. La revolución de las ideas del mayo francés de 1968 y la universidad en Valladolid repleta de una juventud emocionada que quería cambiar el mundo. La edad, el lugar y las circunstancias del momento, junto a queridísimos camaradas, hicieron eclosionar la pasión de dibujar y pintar.
Guardo entrañables recuerdos de los momentos que pasé dibujando los bellísimos rincones del Valladolid histórico: lugares que eran el testimonio más rico del mundo, como Elcano paseando por aquellas callejas camino de la Chancillería. Valladolid tenía una gran actividad galerística y junto a los magníficos museos fueron mi gran laboratorio estético.
En una moto Vespino recorrí pueblos de los alrededores de Valladolid pintando al natural. Entablé amistad con los pintores locales Cuadrado Lomas y Chema Castilviejo. Castilviejo, genial y alegre, Premio Castilla y León de las Artes en 2002, me instruyó en su estudio de Cubillas de Santa Marta. Me marcó tanto en el dibujo como en la pintura. Todavía hoy conservo un cuaderno que me regaló con varios de sus dibujos. Por otro lado, la vitalidad pintando y la sobriedad de Cuadrado Lomas influyeron positivamente en mi vocación.
Compartí la vida con grandes músicos, poetas y pensadores. Participé en la organización de Semanas Culturales universitarias de estudiantes vascos y contribuí con la elaboración de carteles para su difusión.
Por otro lado, decoraba las estancias de los pisos donde vivíamos, hacía retratos con betún de calzado y pasta de dientes, me adiestré en la reproducción de manos en escayola y grabé en linoleum para imprimir pasando la plancha por unos rodillos de escurrir de la lavadora.
Dibujé rincones de Valladolid junto a estudiantes de Arquitectura y elaboré el poster de fin de carrera. En la facultad de Medicina fui seleccionado como dibujante de la cátedra de Anatomía. Me familiaricé con los cadáveres que dibujaba coloreados, enteros y por piezas, en las pizarras de 2×3 metros que se utilizaban en las clases. También hice dibujos para el libro “Anatomía del Sistema Nervioso Central” publicado por el catedrático Dr. Gómez Bosque. Ilustré tesis y trabajos médicos, que me abrieron la puerta para vender dibujo y pintura a los profesores de la Facultad.
Por aquella época, vendí por primera vez, acuarelas de Getxo en exposición permanente en la Platería Gorbea de Algorta y también recibí encargos.
En 1974, junto a otros 3 pintores locales: Adolfo Martín (Arri), José Fernández y Potxo Onaindia configuramos el grupo artístico “Atea Zabalik” (Puerta Abierta) para trabajar en la promoción de las artes plásticas en el municipio.
Nos acogimos a un manuscrito que desarrollaba ideas de compromiso del arte con la realidad social y de impulso a la creatividad plástica. Realizamos la primera exposición en Algorta.
Finalizada la carrera, realicé el servicio militar en Córdoba donde fui seleccionado para pintar la compañía en un mural de 3×2 metros. Ello hizo que el campamento lo pasase pintando y para el tiro de fusil, ametralladora, bombas y otros disparates me llevaron un día a mí solo al campo de tiro con ambulancia y sacerdote, por si acaso.
Conocí Sevilla de la mano de un querido amigo, Alfredo Morales, profesor de Arte en la Universidad de Sevilla. El tesoro artístico de aquella tierra, su belleza y la luz, fueron un descubrimiento definitivo para entender la dimensión que el arte representa en Sevilla. Viví allí con mi querido amigo y compañero de carrera Javi Busto Sagrado, genial compositor y creador de música, llegando a ser el número uno en composición y dirección Polifónica de Europa. Componía él y yo dibujaba o pintaba en aquel piso del barrio de los Remedios.
Ejerciendo la medicina viví en Rioja Alavesa, en plena naturaleza y fue un punto de inflexión en mi interpretación de la pintura al aire libre. Practicando montañismo con asiduidad me familiaricé con la toma de apuntes al natural: instantes atrapados, reflejo de emociones, poesías encerradas en humildes cuadernos. Luego vendrán las reflexiones e inspiraciones sobre el color y los estilos.
He ejercido la profesión de médico entre enfermos y enfermedades, en diferentes ámbitos del Sistema de Salud, durante 44 años. Haber ejercido en Unidades de Cuidados Paliativos, Servicios de Urgencias, Hospital Militar, Medicina de Familia, Medicina de Empresa, Servicios de Cirugía y otras áreas asistenciales, ha hecho que haya vivido momentos de gran intensidad emocional. Nunca he abandonado la práctica plástica. Por fortuna, creo que como complemento he contado con el adiestramiento en interpretar emociones y sentimientos con las artes, la contemplación estética y la lectura.
A lo largo de la vida ha sido el “impulso vital” el que me ha llevado por el camino de la expresión plástica. Él pone a tu disposición una prodigiosa energía que permite redefinir los espacios más íntimos del alma.
Casado y viviendo en Algorta el trabajo me absorbe, sigo pintando al natural y el 12 de Marzo de 1.982, junto con Potxo, José y Adolfo formamos el “Colectivo de artistas plásticos Getxotarras ANTZEZALEAK” que aún sigue espléndidamente activo en la formación de las artes plásticas. Fui diez años su presidente y formé alumnos en dibujo. Tuvimos modelos naturales, horno de cerámica y taller de grabado, además de los talleres de dibujo y pintura. Hicimos exposiciones y muestras colectivas por todo el País Vasco.
Durante un período de siete años acudí regularmente al taller en Berango del estupendo escultor José Luis Fernández Butrón (Butrón) del que aprendí talla, modelado y reproducciones; una experiencia única porque su especialidad en románico estaba desapareciendo. En esta época vendo bocetos a tinta de esculturas a tamaño grande y expongo individualmente en tiendas de arte.
En Diciembre de 1985 hago mi primera exposición individual de óleos, gouachs y acrílicos en un local de la plaza del Tilo de Algorta.
En Septiembre de 1986 expongo en el salón de plenos del Ayto. de Elciego (Araba) óleos y acrílicos del paisaje riojano-alavés. En 1.988 vuelvo a exponer en Elciego, en el antiguo hogar del jubilado de la Plaza, paisajes a óleo y 20 dibujos a tinta de calles de Elciego y sus reproducciones en carpetas. Sigo exponiendo en distintas muestras colectivas. Al mismo tiempo realizo una serie de dibujos a tinta de cuarenta caseríos del pueblo de Berango y hago modelos en arcilla de piezas escultóricas. Debido al trabajo profesional no puedo pintar tanto al aire libre, por lo que abro un estudio en la calle Andikoetxe de Algorta donde trabajo en acrílicos grandes.
Trasladados a vivir al campo, transformo el abordaje de mi dedicación al arte y llego a la madera influido por el ambiente de naturaleza que me rodea. Comienzo a realizar cuadernos de monte y de viajes, penetrando más seriamente en el mundo de la escritura. Me presento a concursos de pintura en La Arboleda, Plentzia, Mungia…
Un acontecimiento dramático en nuestra familia me lleva a la creación de una dimensión nueva en mi inquietud artística. Creo un mundo fantástico y feliz al que configuro con historia y el diseño escultórico de los personajes. Así nace una primera novela “Berroiales” una fantasía que continuaré desarrollando en los años siguientes. Los personajes berroiales (comedores de berros) los fundo en bronce en “Alfa Arte”. Tienen muy buena acogida tanto la obra escrita como las esculturas y los dibujos de la novela.
La pintora Menchu Gal entra en mi vida artística por su relación con mi padre en la época de refugiados de la guerra, en Tardets; donde ambos coinciden pintando, ella con unos 16 años. Yo conocía su pintura y entonces pude convivir con su genialidad. Pasamos muchos momentos juntos paseando por la playa de Ondarraitz en Hendaia y la llevé a Tardets, donde no había estado desde la guerra. Visitamos la casa de la señora que le compró el primer cuadro de su vida, Madeleine Jaureguiberry, y sus herederos nos lo enseñaron. Se emocionó enormemente y pude fotografiar el encuentro (entonces firmaba Menchita).
Conocerla íntimamente a ella y su pintura añadió un soplo vivificante a la forma de entender mi propio estilo. Cuando pinto en la naturaleza escucho….sus enseñanzas.
Desde 2010 acudo tres años al centro de grabado “La Taller” de Bilbao con la magnífica profesora Maite Martínez de Arenaza, fue una maravillosa experiencia que me llevó al mundo del grabado artístico.
En Mayo de 2012 expongo escultura junto a Patricia Cancelo y Frank S. Pardo en la sala de exposiciones de la Estación Renfe-Abando de Bilbao.
En 2013 expongo en la ludoteka de Fruiz.
En 2014 acudo al taller de técnicas de escultura de la artista Amaia Conde, maestra llena de arte, alegría y fuerza por la que llevan desfilando alumnos que llegan a destacar en la escultura. Hicimos una exposición conjunta en Deusto-Bilbao. En los actos conmemorativos de Osakidetza y Hospitales de Cruces, Basurto, Galdakao y alguno no público, los trofeos-regalo que se dan a los participantes relevantes son obras mías pasadas a fundición de bronce.
Continuo pintando, grabando, dibujando, escribiendo (colaboro con el Blog de Rioja Alavesa con artículos con el nombre de “El Caminante del Alma”) y haciendo esculturas con más tiempo por hallarme jubilado. Ensayo nuevos materiales y técnicas, acudiendo semanalmente al Museo de Reproducciones de Bilbao para hacer mano.
En Agosto de 2022 vuelvo a exponer en Elciego (Araba) en el Aula de cultura, donde se adquieren obras de formato grande y medio, realizadas a óleo, acuarela, acrílico, grabado o mixtas.
En 2023 entro a formar parte de la asociación “Eskuahaldunak Eskultoreen Elkartea” exponiendo en la sala Barrainkua de Bilbao, aulas de cultura de San Francisco y Otxarkoaga, y en el Azoka de Durango. En la plaza frente a la sala de exposiciones, siete de los miembros bajo la dirección de Guillermo Olmo construimos una reproducción del Mikeldi histórico de Durango de 7 X 4 mts. Utilizando madera reciclada de palets. Ha alcanzado un éxito rotundo y la hemos cedido al Ayuntamiento de Durango. En la asociación me responsabilizan del área de investigación e innovación. Buscamos la implicación de entidades para darnos a conocer pues somos de momento un colectivo de 150 escultores.
En Enero de 2024 autoedito una segunda novela “Donde tú sabes” con la editorial Círculo Rojo donde continúan las aventuras fantásticas de los personajes creados en la primera novela “Berroiales”.